El método de costos
completos distribuye entre los productos la totalidad de los
costos en los que incurre la empresa, ya sean costos directos o
costos indirectos.
Los costos directos no plantean
ningún problema de asignación, ya que se conoce
objetivamente en que proporción es responsable cada tipo de
producto de los mismos.
Los costos indirectos no se
pueden repartir sin más y la empresa tendrá que utilizar algún
criterio de reparto.
La empresa es libre de seleccionar aquel criterio de
reparto que estime más conveniente, lo importante es que se
trate de un criterio lógico que guarde relación con la
generación del costo
Por
ejemplo,
si hay que distribuir el costo del
alquiler de una nave entre distintos productos que se fabrican
en la misma, un criterio lógico puede ser el porcentaje de
superficie de la nave dedicada a cada producto.
Puede haber diferentes criterios de repartos, todos
ellos lógicos y la empresa tendrá que elegir aquel que considere
más conveniente. Una vez elegido uno concreto debería mantenerlo
en los ejercicios siguientes y sólo debería cambiarlo ante una
causa justificada.
No obstante, hay que recordar que la contabilidad de
costos es "para consumo interno" por lo que la empresa es libre
de hacer lo que quiera, lo que ocurre es que si cambia los
criterios de asignación de un ejercicio para otro las series
históricas de ingresos y costos no serán comparables y se
perderá parte de la utilidad de la contabilidad de costos
(comparación con ejercicios pasados para ver como evolucionan
los ingresos, costos y márgenes de los productos).
Dos empresas pueden establecer criterios de asignación
diferentes para un mismo costo, siendo los dos perfectamente
válidos:
Por
ejemplo,
una empresa puede distribuir los
costos de calefacción en función de la superficie de la nave
industrial dedicada a cada producto y otra hacerlo en función
del número de personas dedicadas a la fabricación de cada
producto.
Cada costo indirecto puede tener un criterio de
asignación diferente.
Por
ejemplo,
una empresa puede distribuir:
El alquiler de la nave en función de
los metros cuadrados dedicados a la fabricación de cada
producto.
La amortización de las maquinarias
en función del valor de la maquinaria dedicada a la
fabricación de cada producto.
Los gastos de mantenimiento del
almacén en función del número medio de unidades almacenadas de
cada producto, o del porcentaje del almacén dedicado a los
mismos.
A esta altura de la lección vamos a hacer una
matización (muchos alumnos pensarán: "a
buenas horas").
Hemos comentado que el método de "costos completos"
distribuye entre los productos la totalidad de los costos de la
empresa (directos e indirectos). No obstante, hay veces que no
se distribuyen todos los costos indirectos, sino sólo aquellos
relacionados con el proceso productivo.
Ejemplos de costos indirectos
relacionados con el proceso de fabricación: alquiler de la nave industrial, mantenimiento de
la maquinaria, amortización de la maquinaria, consumo eléctrico
de la planta de fabricación, gastos de reparación,
etc.
Costos indirectos
no relacionados con el proceso productivo:
alquiler de
las oficinas centrales, sueldo del personal de los departamentos
centrales (recursos humanos, finanzas, contabilidad, dirección
general...), gasto telefónico, cargas financieras,
etc.
En el caso de que haya costos indirectos que no se
distribuyan, se llevarán a la cuenta de resultados como gastos del
ejercicio (de manera similar a la que vimos al analizar los
métodos de costos parciales).
Nuevamente remarcamos la idea de que la contabilidad de
costos es un procedimiento interno de la empresa y que ésta es
libre de organizarla como considere oportuno, pudiendo decidir
que costos son los que le interesa distribuir.
Mientras mayor porcentaje de gastos
esté asignado a los productos mejor será la calidad de la
información que aporte la contabilidad de costos, pero su
implantación y gestión será más compleja y más cara.
La empresa tratará de buscar un punto
de equilibrio entre calidad de información y costo.
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